He mirado al cielo y he visto una gran expansión. He mirado al horizonte que no he encontrado final, al mar me acerque, lance una piedra y esta se hundió y no supe hasta donde llegó; subí entonces una montaña y había otra más alta; y mire de lo alto hacia abajo y aquella altura me estremeció.
He visto tantas distancias, tantas infinitudes y me he sobrecogido. ¡Que grande es el todo! ¡Que vasto es el universo! ¡Que profundo!¡ Que complejo!
Pero cuando miro hacia dentro, es decir, en el silencio interior, aquel universo que me parecía grande, misteriosamente se hace pequeño. Hay algo más grande que lo grande, más profundo que lo profundo; y no esta afuera, esta dentro de cada uno de nosotros mismos, pero creo que es tan solo el comienzo de algo que no tiene palabras, que va mas allá de las palabras, que es capaz de unir el todo y la nada y es a su vez como un maravilloso resplandor. Y luego me doy cuenta que no es interno, que no es externo, sino que esta en todo lugar.
He visto tantas distancias, tantas infinitudes y me he sobrecogido. ¡Que grande es el todo! ¡Que vasto es el universo! ¡Que profundo!¡ Que complejo!
Pero cuando miro hacia dentro, es decir, en el silencio interior, aquel universo que me parecía grande, misteriosamente se hace pequeño. Hay algo más grande que lo grande, más profundo que lo profundo; y no esta afuera, esta dentro de cada uno de nosotros mismos, pero creo que es tan solo el comienzo de algo que no tiene palabras, que va mas allá de las palabras, que es capaz de unir el todo y la nada y es a su vez como un maravilloso resplandor. Y luego me doy cuenta que no es interno, que no es externo, sino que esta en todo lugar.
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